Carpocapsa del Nogal
Cydia pomonella L.
Descripción
Es un lepidóptero que ataca al nogal, entre otros muchos frutales como manzano, peral, membrillero, albaricoquero, melocotonero y ciruelo. En caso de no proteger adecuadamente la plantación, los daños pueden alcanzar porcentajes muy altos. Los tratamientos aplicados contra ella influyen decisivamente en el comportamiento de otras plagas.
El adulto es una mariposa que con las alas plegadas adopta una forma típica de teja. Sus alas anteriores son de color gris, con una mancha de forma ovalada y color oscuro situada en su extremo, que le confiere un aspecto inconfundible. Alcanza una longitud de entre 15-22 mm, siendo generalmente más pequeño el macho que la hembra.
Los huevos son depositados aislados o en pequeños grupos sobre las hojas o los frutos. Son muy pequeños, de 1,3 mm aproximadamente, ovalados, aplanados, inicialmente de color blanco y hacía el final con tonalidades naranja.
Las larvas neonatas son de color blanco con la cabeza negra y miden 1-2 mm; cuando alcanzan el máximo desarrollo llegan a medir 2 cm, son de color blanco-rosáceo salvo la cabeza que es parda.
Biología
Pasa el invierno en diapausa, en estado de larva completamente desarrollada, protegida en grietas del tronco o de las ramas. Crisalida al llegar la primavera y comienza el primer vuelo a partir de mediados de abril.
Las condiciones idóneas para el acoplamiento son atardeceres tranquilos con temperaturas superiores a 15 °C y humedad relativa mayor del 60%. Las hembras realizan la puesta en la superficie del fruto o sobre las hojas o las ramas cercanas. El desarrollo embrionario dura entre 7 y 14 días, según la época del año en que se produzca. Una parte de las larvas de la primera generación entran ya en diapausa hasta la primavera siguiente.
A lo largo de todo el ciclo vegetativo del árbol se completarán 2-3 generaciones.
Síntomas y daños
Solamente los frutos se ven afectados por los ataques de carpocapsa. Las larvas realizan galerías alimenticias penetrando hacia el interior de éstos. Cuando las poblaciones de carpocapsa son altas, las pérdidas en la cosecha pueden ser muy importante o incluso totales.
Habitualmente las larvas prefieren iniciar la entrada por las zonas de contacto entre frutos, o entre éstos con hojas o ramas. Cuando la larva encuentra un lugar idóneo, perfora la epidermis y realiza una cavidad sobre la que se observan los restos de excrementos, de color claro al inicio y más oscuros (rojo oscuro) y abundantes conforme la larva va creciendo.
Una vez completado su desarrollo la larva abandona el fruto por el mismo orificio de entrada, o por otro realizado en el momento, dirigiéndose a un lugar donde poder crisalidar.
Los frutos afectados pierden todo su valor, ya sea por estar la corteza roída o por existir galerías en su interior.
Periodo crítico para el cultivo
Los daños de la primera generación suelen empezar a observarse hacia mediados del mes de mayo, el momento crítico para el cultivo es a partir del cuajado del fruto. Los daños más importantes de la segunda generación se dan en la primera quincena del mes de julio. La tercera generación (si tiene lugar) produce daños en los meses de agosto y septiembre.