Nezara viridula L.
Descripción
Estas chinches, como todos los hemípteros, son insectos chupadores, provistos de un pico articulado que repliegan entre las patas. Es una especie muy polífaga que se alimenta de todo tipo de plantas hortícolas, aunque de manera puntual también puede provocar daños en viñedo, frutales y en este caso pistachos.
Inverna en estado adulto guarecida en diversos refugios, como hojas secas o en el suelo, de donde sale ya entrada la primavera para alimentarse. Deposita los huevos en grupos en el envés de las hojas.
Los huevos tienen forma de cilindritos rojizos, con un opérculo en la base superior; al cabo de una semana poco más o menos, según la temperatura, se avivan y salen las larvas levantando el opérculo.
Inicialmente, las larvas son amarillas con pintas negras, oscureciéndose después de la primera muda, tomando el color verde al pasar al estado de ninfa. Cambia la piel cinco veces en total.
Tienen un tamaño máximo de 15 mm.
El adulto es grande, con forma de escudo, de 14 a 16 mm de longitud por 8 ó 9 de ancho. Tiene color verde con tres pequeñas manchas más claras en el escutelo. Si se las molesta o se sienten amenazadas segregan unas sustancias con un olor desagradable.
Tienen dos generaciones al cabo del año. Las ninfas recién eclosionadas se comportan de forma gregaria hasta el tercer estado de desarrollo. Tras completar cinco estadios, alcanzan el estado adulto, dando lugar a una segunda generación, que es la más numerosa.
Síntomas y daños
Los daños son directos, en general de poca importancia y esporádicos. Realizan picaduras y chupan los jugos, lo que puede provocar la caída o el abortamiento de los frutos cuando éstos son pequeños. Los frutos mayores resisten mejor, pero al secarse la parte dañada se impide el crecimiento o el desarrollo normal de los mimos.
Periodo crítico para el cultivo
Debido al desarrollo de las larvas, preferiblemente sobre los frutos en formación, el período crítico abarca desde el cuajado del fruto hasta el otoño.