ALTICA DE LA VID O CIGARRERO DE LA VID

ALTICA DE LA VID O CIGARRERO DE LA VID

Haltica ampelophaga Guer.

Descripción

El adulto es un pequeño escarabajo que mide unos 4 mm de longitud y 2 mm de anchura, cuerpo abombado, de color verde azul metálico. Los huevos son de forma ovoidal y de color amarillo, miden alrededor de 1 mm. Las larvas al principio son de color amarillento y al poco tiempo adquieren color oscuro (casi negro) y en su mayor desarrollo alcanzan unos 7 mm de longitud.

Las ninfas miden unos 4 mm. de longitud, de color anaranjado y se encuentran bajo tierra.

La plaga pasa el invierno en estado adulto bajo la corteza de las cepas dirigiéndose a la salida invernal a los brotes tiernos y realizando a continuación la puesta en el envés de las hojas, en grupos de 5 a 20 huevos. La nueva generación se desarrolla a lo largo del verano. Dependiendo de la climatología de la zona puede existir una 3ª generación.

Síntomas y daños

Los síntomas que producen en las hojas los adultos y las larvas son distintos:

  • Los adultos se alimentan de las hojas perforando el limbo, haciendo agujeros más o menos extensos.
  • Las larvas se comen las hojas por una cara, respetando la epidermis de la cara opuesta y los nervios de la hoja, dejándolas con aspecto parecido a un fino encaje.

Los daños importantes son producidos por los adultos procedentes de la invernación y las larvas de la primera generación. Si los primeros adultos aparecen pronto (estados fenológicos D, hojas incipientes – E, hojas extendidas), devoran las hojas de las yemas que acaban de abrir. En caso de invasiones fuertes, los daños pueden llegar a ser graves y dejar las hojas tan sólo con las nervaduras, atacando incluso al racimo recién formado. Por el contrario, cuando las cepas tienen más vegetación resisten mejor los ataques y los daños son menores.

Período crítico para el cultivo

Desde el estado fenológico hojas extendidas (E) hasta bayas tamaño guisante (K). Las temperaturas templadas acompañadas de cierta humedad favorecen el desarrollo de la altica. En cambio los vientos con elevadas temperaturas de verano contribuyen a la mortalidad de las larvas jóvenes.